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Pintar sobre papel negro nos permite resultados sorprendentes. Lo más importante a tener en cuenta es como aplicamos el uso de las luces y las sombras.

Normalmente nuestro cerebro está más acostumbrado a dibujar las sombras, aquí tenemos que hacer todo lo contrario sino que hay que dibujar o pintar las luces.  Hay que dejar respirar nuestro dibujo y aprovechar el propio negro del papel para integrarlo como sombra. Eso permite ese efecto final que parece que nuestro dibujo se salga del papel.

¿Cómo aplicar esta técnica?

Inicialmente dibujamos un ligero boceto, puede ser con lapicero, o bien con lápiz blanco pero cuidado, si utilizamos un lapicero blanco debe hacerse de modo muy suave y sutil para que no se marquen demasiado el dibujo. No queremos que el contorno quede demasiado definido, pues como ya he comentado uno de los efectos más bonitos se consigue integrando el propio papel como sombra y permitir que las luces destaquen las formas.

A la hora de integrar los colores y las luces, comenzaremos por las más suaves, finalizando con las luces más intensas.